Estas mujeres viven bajo formas de dominación como los casamientos arreglados por los padres o la división sexual del trabajo que les impone una dedicación plena al cuidado de los hijos y a las labores domésticas.
Deben cuidar además, el ganado (pastoreo), acudir a los trabajos agrícolas junto al esposo, vender productos agrícolas en mercados locales, hacer tejidos.
La jornada de las mujeres comienza a las 3 ó 4 de la madrugada y puede terminar a las 11 de la noche.
Los momentos de descanso y de diversión son escasos y casi restringidos a algunas fiestas de las comunidades.
La participación en las decisiones del hogar es muy limitada y casi inexistente en los espacios públicos
Las mujeres campesinas del ámbito de MIDE poseen habilidades en varios campos:
pueden clasificar decenas de variedades de papa o curar a sus animales con hierbas naturales, son también, expertas tejedoras de sus telares salen prendas de vestir familiares o tejidos de exportación.
Aspiran a mejorar su instrucción básica pues a la mayoría de ellas les fue negada la escuela secundaria.
Buscan realizar iniciativas económicas de mayores ingresos.
Tratan de vivir en armonía con las personas y la naturaleza.
Anhelan ganar respeto y consideración social de modo que su voz pueda ser escuchada en los espacios de decisiones políticas.
Una porción pequeña de la población atendida por MIDE se encuentra en la costa sur peruana.
Se trata de campesinas jornaleras de familias emigrantes de las zonas alto andinas que se ocupan de labores agrícolas en fundos de caña de azúcar, arroz, maíz
Viven en viviendas precarias.
Cada mañana muy temprano esperan a los “enganchadores” para realizar labores agrícolas en los fundos de los valles del sur peruano.